Piedra caliza de Markina, martillo neumático y lijado
manual con agua.
Picando la piedra, rompiendo
y abriendo surcos en ella
voy desgranando
desechando
mi propia dureza,
entrando
así en el umbral
donde descansa el alma, silencio que soy,
trabajándola, me trabajo,
lijándola, me pulo y suavizo,
habiéndole dado una forma
me acerco al centro de la mía
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