Madera de pino, clavos, tachuelas
y hierro con ruedas.
Cuando la vida nos obliga,
o mejor dicho
nos obligamos por obligación
verdaderamente
inexcusable
a mostrar una máscara
maquilladamente
sonriente
fuera de la devastación,
de la sed
de lo necesario,
del hambre
de lo imprescindible
y la vida,
el camino discurre
y sale
adelante como generaciones
de etíopes y africanos
en general
tras la foto.
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